Dentro de los límites del Monumento Natural Cueva del Hundidero, poco después del amanecer y antes del crepúsculo, podemos observar, disfrutar y fotografiar un buen número de cabras montesas si guardamos un poco de silencio. Son los verdaderos residentes de estos cerros, Tavizna y Taviznilla.
Hace 100 años, en plena ejecución de las obras del Pantano de Montejaque, los individuos se habían reducido tanto que su futuro se veía incierto. Pero gracias a la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía (RENPA) y a los diseños de conectividad de hábitats, del paisaje y de los procesos ecológicos, hoy podemos disfrutar de una población de cabra montés que recorre nuestras sierras malagueña y gaditana mezclándose entre ellas.